Descubre la Calçada Portuguesa, uno de los mayores símbolos de la arquitectura urbana portuguesa.
La calçada portuguesa forma parte de la identidad de Portugal. Bastará con un recorrido por las plazas y calles más bellas de Portugal para comprobar que el suelo sobre el que caminamos está decorado con estas hermosas alfombras de piedra. Se trata de verdaderas obras de arte al aire libre, que retratan la historia de Portugal.
Calçada portuguesa: de Lisboa al mundo
El primer testimonio de una obra de este tipo la tenemos en el castillo de São Jorge, en Lisboa, en la primera mitad del siglo XIX. Tras este, sería la plaza del Rossio la que recibiría este ornamento, en ella aun es posible observar el Mar Largo, con sus bonitas olas en blanco y negro.
Le siguieron varias calles y plazas de Lisboa. Junto al Padrão dos Descobrimentos, se puede observar un mapa del mundo y las rutas de los navegantes portugueses dentro de una rosa de los vientos, así como el diseño del Mar Largo, idéntico al del Rossio.


Con el paso del tiempo, la calçada se extendería por todo el país y llegaría también a las dependencias y países de habla portuguesa, Macao, Brasil, Cabo Verde, Angola, Mozambique, Goa o Timor.
La maestría de los artesanos de la piedra
Las piedras, en tonos blancos y negros, se disponen formando motivos decorativos y son trabajadas por las talentosas manos de los maestros "calceteiros". Con un martillo, tallan la piedra, que es principalmente caliza y basalto, y crean piezas de la historia y el arte portugueses.
Fueron muchos los artesanos y artistas plásticos contemporáneos que contribuyeron a hacer del adoquinado tradicional portugués un símbolo de Portugal.
El artista y pintor, Eduardo Nery, por ejemplo, es el autor del bello diseño geométrico de la Praça do Município de Lisboa. Fernanda Fragateiro creó, para la Expo 98, el diseño de una malla de punto en piedra blanca que destaca sobre el pavimento oscuro, a la que llamó "Penélope". Arquitecto, pintor, ilustrador y dibujante, João Abel Manta es el autor de los diseños que embellecen la Plaza de los Restauradores. Fernando Conduto, Maria Keil, Pedro Calapez, Pedro Proença, Porfírio Pardal Monteiro, Rigo, Xana y muchos otros artistas destacan en el arte de la calçada portuguesa.
Más recientemente, el artista Alexandre Farto (más conocido como Vhils), en colaboración con los "calceteiros" del Ayuntamiento de Lisboa, plasmó el rostro de la cantante de fado portuguesa Amália Rodrigues en el adoquinado. La obra se titula "Calçada" y está situada en la Rua de São Tomé, en el barrio de Alfama.

Monumento al "Calceteiro"
Como homenaje a todos los artesanos que se dedican a la calçada portuguesa, el artista Sérgio Stichini creó el Monumento al Calceteiro. El conjunto escultórico se encuentra en la Plaza de los Restauradores, junto al Hotel Avenida Palace, en Lisboa, y está compuesto por dos estatuas de bronce que representan a un calceteiro picando piedra y a un ayudante.
La obra está enmarcada por un panel de adoquines, que representa la barcaza de São Vicente, símbolo de Lisboa, realizada con más de 10 500 piedras por los adoquinadores municipales.
